La ofensiva ucraniana expone las debilidades de Rusia
La operación se desarrolló en secreto, ideada para desviar a los soldados rusos de las líneas del frente en Ucrania y apoderarse de territorio para utilizarlo como moneda de cambio.
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La incursión sorpresa de Ucrania en una franja de Rusia podría dificultar a Moscú la organización de una nueva ofensiva de gran envergadura en el este de Ucrania y es el tipo de operación que podría llegar a imponer costos importantes al Kremlin, según funcionarios de Estados Unidos.
El ataque ucraniano, y su éxito continuo, podría tener una importancia estratégica, aunque los funcionarios estadounidenses advirtieron que tendrán que ver cómo se desarrolla para sacar conclusiones más firmes. También podría ayudar a reconstruir la moral decaída entre los soldados ucranianos y la población cansada de la guerra, dijeron los funcionarios.
La incursión, en la región rusa de Kursk, contrasta fuertemente con la fallida contraofensiva ucraniana del verano pasado en el sur del país. Esta ofensiva se desarrolló en secreto, concebida para desviar a los soldados rusos de las líneas del frente en Ucrania y apoderarse de territorio para utilizarlo como moneda de cambio.
Los preparativos de Ucrania para la contraofensiva, que duraron meses, se desarrollaron abiertamente. Las tropas ucranianas habían intentado recuperar territorio, pero tropezaron al no poder perforar las defensas rusas atrincheradas que Moscú reforzó mientras Ucrania se entrenaba para la ofensiva. Ucrania también dividió sus fuerzas durante esa ofensiva, en contra del consejo estadounidense, en lugar de concentrarlas como ha hecho este mes.
Pero la incursión en Rusia muestra cómo el ejército ucraniano ha mejorado sus habilidades en la guerra mecanizada, técnicas que no dominaba hace un año.
Desde entonces, Ucrania ha estado buscando formas de recuperarse.
La operación en sí misma no llevará a Rusia a la mesa de negociaciones, según funcionarios de Estados Unidos. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha prometido no negociar mientras Ucrania ocupe Rusia, y los funcionarios estadounidenses dijeron que había que tomarle la palabra.
Pero en discursos públicos, el director de la CIA, William Burns, ha hablado de la necesidad de pinchar la arrogancia de Putin. Rusia no hará ninguna concesión, ha dicho, hasta que se ponga en tela de juicio el exceso de confianza de Putin y Ucrania demuestre su fuerza en el campo de batalla.
El avance de Ucrania en Kursk es un ejemplo de cómo está tomando la iniciativa, poniendo en evidencia la debilidad rusa y avergonzando a Putin.
Funcionarios estadounidenses dicen que Ucrania tendrá que seguir avanzando a partir de esta operación, con otras operaciones audaces que puedan contrarrestar la sensación de Rusia de que su victoria es inevitable. Queda por ver si eso incluirá más incursiones transfronterizas, misiones secretas de sabotaje u otras operaciones aún por planificar.
El jueves, el máximo comandante militar de la OTAN, el general Christopher Cavoli, dijo que la incursión había tenido éxito hasta el momento. “Basta decir que parece marchar bastante bien”, dijo durante una charla en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.
“Encontraron un área de debilidad en la posición de los rusos, y la explotaron rápidamente y la han explotado muy hábilmente”, dijo Cavoli, un general de cuatro estrellas del ejército de Estados Unidos que es especialista en Rusia.
Sus comentarios fueron los más amplios de un oficial estadounidense desde que Ucrania lanzó el ataque la semana pasada. Los funcionarios del gobierno de Joe Biden han remitido la mayoría de las preguntas sobre la operación a los funcionarios ucranianos.
Cavoli, quien habla regularmente con sus homólogos ucranianos, dijo que la operación había supuesto un importante estímulo para la moral ucraniana tras meses de lentos avances del ejército ruso en el este y el sur de Ucrania.
“Ha tenido un efecto estimulante muy bueno en la población y en el propio ejército”, dijo.
Por otro lado, Cavoli dijo que el ataque sorprendió al Kremlin y obligó a Moscú a apresurarse a organizar una respuesta militar.
“Ha tenido un efecto impactante en los rusos”, dijo. “Están conmocionados. Eso no durará para siempre. Se recompondrán y reaccionarán a la altura”.
El presidente Biden dijo a los periodistas el martes que la ofensiva de Ucrania dentro de Rusia —la mayor incursión extranjera en el país desde la Segunda Guerra Mundial— ha puesto al Kremlin en un aprieto. Reconoció que funcionarios de EE. UU. han estado en contacto con sus homólogos ucranianos durante la operación.
“Está creando un verdadero dilema para Putin, y hemos estado en contacto directo —contacto constante— con los ucranianos”, dijo Biden. “Eso es todo lo que voy a decir al respecto mientras esté activa”.
La operación ucraniana también ha suscitado elogios emocionados de los partidarios de Kiev en el Congreso.
Los senadores Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, y Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut, quien se reunió en privado con el presidente Volodímir Zelenski en Kiev esta semana, instaron a aumentar el apoyo militar a Ucrania.
Interrogado por la incursión en una conferencia de prensa, Graham dijo: “¿Qué pienso de Kursk? Audaz, brillante y hermoso. Que siga así”. Y añadió: “Putin empezó esto. Patéenle el trasero”.
Altos funcionarios de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado se vieron sorprendidos por las noticias, desde principios del miércoles pasado, sobre la incursión ucraniana. Los ucranianos no informaron a los estadounidenses de sus planes con antelación, posiblemente, dijeron funcionarios de Estados Unidos, porque temían que los estadounidenses trataran de convencerlos para que cancelaran la misión de alto riesgo y debido a la obsesiva preocupación de Ucrania por las filtraciones.
La falta de advertencia al principal aliado occidental de Kiev adquirió un significado aun mayor cuando quedó claro que Ucrania estaba utilizando vehículos, armas y municiones suministrados por Estados Unidos para ayudar a llevar a cabo la audaz operación terrestre en Rusia.
A diferencia de anteriores incursiones transfronterizas llevadas a cabo por comandos ucranianos, en esta operación han participado varios miles de efectivos del ejército regular equipados con defensas aéreas móviles y equipos de guerra electrónica para interferir en los radares rusos, lo que indica la intención de Ucrania de penetrar mucho más en Rusia.
Pero las agencias de inteligencia estadounidenses, como demostraron las revelaciones del año pasado, conocían la ambición de Ucrania de atacar a través de la frontera desde hace más de un año. Así que, aunque el momento y el lugar fueran una sorpresa, el objetivo estratégico no lo era.
Un informe de inteligencia publicado en un foro de internet por un miembro de la Guardia Nacional Aérea incluía información sobre una reunión en la que Zelenski instó a los militares a considerar una incursión transfronteriza. Zelenski, según el informe, quería que las fuerzas ucranianas “ocuparan ciudades fronterizas rusas no especificadas”.
Y, en efecto, los recientes cambios de política del gobierno de Biden hicieron posible la operación.
Bajo la presión de sus asesores y aliados clave, Biden a finales de mayo autorizó a Ucrania a llevar a cabo ataques limitados dentro de Rusia con armas de fabricación estadounidense, abriendo lo que se esperaba que fuera un nuevo capítulo en la guerra por Ucrania.
La decisión de Biden parecía ser la primera vez que un presidente estadounidense autorizaba respuestas militares limitadas sobre artillería, bases de misiles y centros de mando dentro de las fronteras de un adversario con armas nucleares.
Los funcionarios de la Casa Blanca insistieron, sin embargo, en que la autorización se extendía solo a lo que caracterizaron como actos de autodefensa ante amenazas transfronterizas, de modo que Ucrania pudiera proteger Járkov, su segunda ciudad más grande, y las zonas circundantes de los misiles, bombas planeadoras y proyectiles de artillería rusos procedentes del otro lado de la frontera. La Casa Blanca seguía prohibiendo a Ucrania el uso de artillería estadounidense de precisión de largo alcance para atacar bases aéreas y otros objetivos en el interior de Rusia.
Esta política estadounidense se ha visto sometida a un escrutinio inmediato tras la incursión ucraniana. Funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado han dicho que el uso de armas y municiones suministradas por Estados Unidos en el ataque de Ucrania no violó su política.
Aparte de los comentarios de Biden, los altos funcionarios del gobierno se han negado públicamente a hacer comentarios sobre la incursión en sí, remitiendo todas las preguntas a Ucrania.
Funcionarios ucranianos han dicho a altos dirigentes civiles y militares estadounidenses que el objetivo de la operación es crear un dilema operativo para los rusos: obligar a Moscú a desviar soldados de las líneas del frente en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, que han hecho progresos lentos pero constantes durante semanas.
John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, dijo el jueves que Moscú había “redirigido” algunas tropas de Ucrania a Rusia, pero que no sabía de cuántos soldados se trataba ni qué papel desempeñarían los soldados redistribuidos.
Funcionarios estadounidenses dijeron el miércoles que Rusia había retirado algunas unidades de infantería de Ucrania y las estaba enviando a Kursk para ayudar a defenderse de la ofensiva ucraniana. No quisieron decir cuántos soldados parecía estar trasladando Rusia ni de dónde procedían exactamente.
Pero los funcionarios dijeron que aún no habían visto que el Kremlin desviara batallones blindados y otras fuerzas de combate que, en su opinión, Rusia necesitaría para repeler la incursión.
Aun así, Moscú ha tenido que destinar sus reservas existentes en Rusia a la lucha de Kursk y necesitará destinar más fuerzas si quiere expulsar a los ucranianos. Esas fuerzas, dijeron funcionarios estadounidenses, se habrían utilizado de otro modo en los próximos meses para las lentas y machaconas ofensivas rusas en el este de Ucrania.
Es dudoso que Ucrania disponga de fuerzas suficientes para aprovechar cualquier debilidad rusa en Donetsk. Ucrania ha utilizado un número significativo de soldados en Kursk y es posible que no disponga de reservas suficientes. Y lo que es más importante, los funcionarios estadounidenses han aconsejado a las autoridades ucranianas que no lleven a cabo grandes ofensivas este año en el sur o el este, dada la fortaleza de las defensas rusas.
Al atacar en Kursk, las tropas ucranianos han seguido el consejo estadounidense: en lugar de luchar a través de posiciones atrincheradas, hay que ir donde no esté el enemigo para asegurar el terreno estratégico.
Solo con el tiempo se sabrá hasta qué punto es estratégica esta ofensiva.
La operación de Kursk también tiene como objetivo tomar y mantener territorio para aumentar la capacidad de negociación de Ucrania, según afirman los funcionarios estadounidenses, tal vez para intercambiar territorio ruso por el terreno cercano a Járkov que las fuerzas rusas tomaron en primavera.
Funcionarios estadounidenses se mostraron sorprendidos por el éxito de la operación ucraniana hasta la fecha y por la lentitud y desarticulación de la respuesta rusa.
Un alto cargo de Estados Unidos calificó la incursión de “especial Syrsky”, en alusión al general Oleksandr Syrsky, quien asumió el cargo de máximo comandante militar de Ucrania en febrero. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir las evaluaciones internas estadounidenses, dijo que era el tipo de operación llamativa que le encanta al Zelenski.
Pero los funcionarios estadounidenses también dijeron que seguían manteniendo una actitud de espera.
Un alto funcionario de Estados Unidos calificó la operación como una gran apuesta.
Julian E. Barnes cubre las agencias de inteligencia estadounidenses y asuntos de seguridad internacional para el Times. Ha escrito sobre temas de seguridad durante más de dos décadas. More about Julian E. Barnes
Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times y se centra en asuntos militares estadounidenses y antiterrorismo en el extranjero, temas sobre los que ha informado durante más de tres décadas. More about Eric Schmitt
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